¿Cómo ha evolucinado el concepto de memoria a lo largo del tiempo?

Introducción

El estudio del concepto de memoria y sus componentes continúa aún en expansión. En la actualidad, podemos observar diferentes teorías acerca de la memoria y su funcionamiento; sin embargo, estamos lejos de completar el rompecabezas. Por ello, resultaría importante, en un futuro, profundizar en su estudio, definiendo adecuadamente la taxonomía y los diversos términos que se usan en su investigación.

Hace más de un siglo de las primeras investigaciones científicas en el terreno de la memoria, pero no cabe duda que quizá lo más interesante y revelador esté aún por venir, pues la revolución que han provocado los estudios de biología molecular por un lado, y los estudios de neuroimagen por el otro, han abierto nuevas fronteras en el terreno de la investigación científica . Por tanto, conocer con precisión el verdadero engrama, así como la forma en que trabaja y se relaciona se hace patente.

Marco teórico

Los filósofos, desde la antigüedad, han especulado sobre la memoria intentando dar respuesta a una gran cantidad de interrogantes. Estos pensadores como Aristóteles (449 a.C) ó Platón (370 a.C) intentaban responder a cuestiones tales como: ¿qué es la memoria? ¿cuántos tipos de existen? ó ¿cuál es la relación de ésta con el cerebro?.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados por estos autores, estas cuestiones no han comenzado a ser resueltas hasta hace apenas cien años, momento en el que se inició la investigación científica de la memoria de la mano del psicólogo y filósofo alemán Hermann Ebbinghaus (1885), quién decidió aplicar los métodos experimentales en el estudio de dicho proceso [5,6]; ya que hasta el momento el estudio se había limitado a métodos más empíricos y filosóficos, como la lógica, la introspección, la comparación o la reflexión [9].

Es entonces, a raíz de esta investigación, cuando surgen las múltiples definiciones y teorías sobre memoria en el marco de la Psicología. Desde esta perspectiva, la memoria podría ser definida como el proceso psicológico que permite a los animales almacenar la información previamente codificada, para posteriormente ser recuperada cuando sea esta necesaria [5,6]. 

¿Procesos, estructuras o sistemas de memoria?

En la investigación relacionada con el estudio de este dominio cognitivo podemos diferenciar claramente tres vertientes. La primera de ellas se centraría en el estudio de los componentes estructurales, la segunda se relacionaría con el estudio de los procesos, mientras que la tercera se centraría en el estudio de los sistemas.

Componentes estructurales de la memoria

William James (1890), fue el primero en distinguir la memoria a corto plazo de la de la largo plazo en su Tratado de Psicología. Sin embargo, fue el modelo de filtro rígido sobre el procesamiento de la información de Broadbent (1958), el que supuso el punto de partida de los modelos estructurales , pues a raíz de éste, otros psicólogos de aquella época, interesados más directamente en el estudio de la memoria, propusieron también modelos semejantes, con el objetivo de dar sentido a los resultados de sus investigaciones.

Modelo Atkin y Shiffrin

De entre estos modelos, el más influyente ha sido el propuesto por Atkinson y Shiffrin (1968), el cual hacía especial hincapié en la existencia de varias estructuras o almacenes de memoria. En concreto, planteaban la existencia de tres componentes diferentes: la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a largo a plazo.

Sin embargo, aunque al principio parecía que existía un gran número de fuentes que apuntaban a la existencia de estos almacenes, y por tanto, que podían explicarse mediante el modelo de Atkinson y Shiffrin (1968), resultados posteriores pusieron al modelo en apuros. En concreto, Baddeley Hitch (1974) propusieron que la memoria a corto plazo, en vez de ser unitaria, debía estar formada por varios elementos.

Más concretamente, propusieron la existencia de un ejecutivo central que desempeñara el papel del control atencional. Además de dos sistemas subsidiarios, el bucle articulatorio y la agenda visoespacial, relacionados con la información verbal y visoespacial, respectivamente. Estos problemas hicieron que, con el paso del tiempo, los investigadores fueran perdiendo interés en el modelo estructural, lo que unido al surgimiento de otros enfoques dentro de la Psicología dio lugar, a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta, al enfoque de los niveles de procesamiento y a la investigación sobre los sistemas de memoria. [5,6]

Procesos de memoria

Frente a los defensores de los modelos estructurales, otros autores como Craik y Lockhart (1975) creyeron más interesante centrar sus investigaciones en el procesamiento de la información [5]. Estos investigadores, tras numerosos estudios, determinaron que la memoria estaría compuesta por tres procesos básicos [5]. El primero de éstos haría referencia al proceso a través del cual se codifica la información, es decir, al momento en el cual se prepara la información para que ésta pueda ser almacenada [5]. Posteriormente, una vez que la información ha sido codificada tendría lugar el almacenamiento, etapa caracterizada por el ordenamiento, la categorización o la simple titulación de la información [5]. Finalmente, tendría lugar la evocación de la información, proceso a través del cual recuperamos la información previamente almacenada [5]. El éxito de esta recuperación dependerá de cómo ha sido almacenada y clasificada la información, de manera que si estos procesos se han realizado correctamente la información será más fácil de localizar y utilizar en el momento que se necesita [5,6].

Sistemas de memoria

Paralelamente al estudio de los procesos de memoria, algunos autores centraron sus esfuerzos en distinguir dos grandes sistemas de memoria: explícita e implícita. Esta distinción surge de los trabajos realizados en 1889 por Sergei Korsakoff, quien junto a Carl Wernicke, describió el síndrome amnésico que actualmente lleva su nombre. Además este autor propuso el estudio de los trastornos de memoria como un medio importante para conocer los procesos mnésicos, surgiendo de esta forma multitud de trabajos al respecto.

Entre estos, destaca la investigación llevada a cabo en 1958 por Wilder Penfield, quien junto a Brenda Milner describó dos casos en los que se había realizado resección de las estructuras mediales del lóbulo temporal como tratamiento para mejorar las crisis epilépticas, lo cual dio lugar a una severa alteración del sistema de memoria explícita, destacando el rol de esta estructura en relación a este sistema.

Los reportes de estos casos llamaron la atención de William Scoville (1954), quien también realizaba resección de las estructuras mediales del lóbulo temporal bilateral como medio para aliviar la psicosis grave en pacientes esquizofrénicos. El estudio, la descripción detallada y el seguimiento de uno de los casos de Scoville (1957), el famoso paciente HM, ha constituido uno de los estudios más importantes en la investigación de la memoria. Quizás, como señalan muchos, la descripción de este caso suponga una de las evidencias más importantes acerca de distinción de estos sistemas. Asimismo, este estudio ha supuesto el punto de partida para la realización de otras investigaciones centradas en analizar los trastornos de memoria, aportando datos concluyentes acerca de la distinción de estos dos sistemas de memoria. 

Conclusiones

Desde luego, la evolución y transformación histórica de los sistemas de clasificación no ha terminado aún, los sistemas de memoria hasta aquí mencionados forman parte de los más aceptados y difundidos en su utilización hasta el momento; sin embargo, los psicólogos utilizan una gran diversidad de términos para referirse a distintas variedades, características o niveles de procesos mnésicos. Las definiciones y alcances de cada uno de estos términos en ocasiones son imprecisas y con frecuencia no son completamente excluyentes entre sí, pero aun así dejan ver que el estudio de los procesos mnésicos puede hacerse desde muy distintos puntos de vista.

Referencias bibliográficas

  1. Atkinson, R. C., y Shiffrin, R. M. (1968). Human memory. A proposed system and its control processes. En K. W. Spence y J. T. Spence (Eds.), The psychology of learning and motivation,Vol. 2 (pp. 89-195). New York: Academic Press.
  2. Baddeley, A. (1990). Human memory. Theory and practice (Edición revisada, 1997). Hove,U.K.: Psychology Press.
  3. Baddeley, A., Eysenck, M. W., & Anderson, C. (2010). Memoria. Madrid: Alianza, D.L.
  4. Baddeley, A. D., y Hitch, G. (1974). Working memory. En G. A. Bower (De.), Advances on Learning and Motivation, Vol. 8 (pp. 47-90). New York: Academic press.
  5. Ballesteros Jiménez, S. (1991). Memoria Humana: Investigación y teoría. Psicothema, 705-723.
  6. Bermeosolo, J. (2012). Memoria de trabajo y memoria procedimental en las dificultades específicas del aprendizaje. Fonoaudiología, 11, 57-75.
  7. Broadbent, D. E. (1958). Perception and communication. New York: Pergamon Press. Edición en castellano (1983), Madrid: Editorial Debate.
  8. Carillo-Mora, P. (2010). Sistemas de memoria: reseña histórica, clasificación y conceptos actuales. Primera parte: Historia, taxonomía de la memoria, sistema de memoria a largo plazo: la memoria semática. Salud mental, 85-93.
  9. Carrillo-Mora, P. (2010). Sistemas de memoria: reseña histórica, clasificación y conceptos actuales. Segunda parte: Sistema de memoria de largo plazo: Memoria episódica, sistemas de memoria no declarativa y memoria de trabajo. Salud Mental, 197-205.
  10. Craik, F. I. M., y Lockhart, R. S. (1972). Levels of processing. A framework for memory research. Journal of Verbal Learning and Verbal Behavior, 11, 671-684.
  11. Morgado Bernal, I. (2010). Psicobiología del aprendizaje y la memoria.
  12. Penfield, W., & Milner, B. (1958). Memory deficit produced by bilateral lesions in the hippocampal zone. AMA Archives of Neurology & Psychiatry, 79(5), 475-497.
  13. Ruiz Vargas, J. M. (2010). Manual de psicología de la memoria. Madrid: Síntesis, D.L.
  14. Scoville, W. B., & Milner, B. (1957). Loss of recent memory after bilateral hippocampal lesions. Journal of neurology, neurosurgery, and psychiatry, 20(1), 11.

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