Sesgos cognitivos: definición, tipos y relación con la Neurociencia

Introducción

Los seres humanos presentamos una serie de sesgos cognitivos que nos ayudan a defendernos ante los diversos conflictos que se presentan en su vida. Éstos son importantes, puesto que ayudan a tomar ciertas decisiones en situaciones de incertidumbre o pueden ayudar a propagar mejor ciertas ideas; de hecho, agilizan y facilitan la labor cognitiva de la persona. Debido a que, como especie, requerimos un repertorio de conductas amplio y variado para poder sobrevivir, el aprendizaje y la experiencia condicionará nuestras capacidades y nuestras respuestas ante determinados eventos y entornos.

Para poder entender cómo funcionan los sesgos en las personas, cómo las personas pueden optar a una respuesta en detrimento de las otras o cómo se pueden establecer ciertos prejuicios, es necesario entender cómo funciona el sistema nervioso (y más concretamente, el cerebro) y cómo tiende a preferir ciertas opciones u opiniones que se le plantean. Es posible actuar en las estructuras que generan esos procesos y moldear el repertorio conductual para escoger una respuesta más adecuada [3,4,7]. 

Concepto de sesgos cognitivos

Bajo el concepto de sesgos cognitivos se agrupan una serie de predisposiciones y prejuicios que tienen las personas y que les hacen decantarse por unas opciones en detrimento de otras a lo largo de su vida. Esta serie de nociones que tienen las personas son las que le sirven para sobrevivir o tomar decisiones correctas. Todos ellos corresponden con una actividad cortical encargada de analizar las diferentes opciones; para poder tomar una toma de decisiones adecuada, lo primero que se establece es qué es lo que se quiere hacer, seguidamente establecer un marco que conceptualiza el problema en sí, se generan las alternativas, éstas son valoradas y luego se prueba una para ver si da resultado o no. Aunque son las estructuras corticales superiores las encargadas de ejecutar una decisión ante dicha situación, otras estructuras subcorticales como la amígdala (involucrada en las emociones) también tienen su involucración porque son capaces de condicionar, tanto para reforzar una respuesta como para no emitir una respuesta concreta. Esta serie de pasos son importantes para poder tomar una alternativa que satisfaga las demandas de la persona, puesto que se quiere evitar en la medida de lo posible cometer errores y lograr el objetivo [8,11].

Tipos de sesgos cognitivos

Existen diferentes tipos de sesgos cognitivos que afectan a nuestra toma de decisiones. Abarcan diversas situaciones y pueden presentarse para solventar, de diferentes maneras, diferentes situaciones. Algunos de los más estudiados son:

  • Retrospectivo o sesgo a posteriori: En este tipo de sesgo los eventos que han pasado hace tiempo son vistos como algo que se podía alterar o predecir en ese mismo momento de acontecer, sin valorar que podrían haber mediado otras circunstancias que condujeron a ese evento.
  • Correspondencia o error de atribución: En este sesgo lo que acontece es que se enfatizan experiencias personales, explicaciones dadas y acciones personales que se realizaron en un cierto momento.
  • Confirmación: Sesgo caracterizado por buscar información que confirma ideas preconcebidas, prejuicios u opiniones que posee una persona en lugar de buscar información que contradiga o cuestione dichas creencias previas.
  • Autoservicio: Este sesgo se caracteriza por una exigencia, por parte de la persona que lo tiene, de exigir mucho más ante los éxitos que ante los fracasos. Además, también tiene su intervención cuando se usan para usar en beneficio propio información ambigua.
  • Falso consenso: En este sesgo se atribuyen creencias y costumbres propias como algo socialmente generalizado y aceptado.
  • Memoria: El sesgo en cuestión se caracteriza por fallos y lagunas existentes en la memoria que distorsionan los recuerdos y las ideas que la persona posee.
  • Representación o representatividad: Sesgo en el que, partiendo de una premisa que es errónea, se cree que ocurrirá más probablemente un evento que otro que no cuadra con las creencias previas.

Sesgos heurísticos

Un tipo de sesgos bastante investigados y estudiados son los heurísticos. Éstos pueden definirse como una especie de atajos cognitivos mediante los cuales las personas activan determinadas respuestas automáticas ante situaciones muy concretas. Estos atajos cognitivos presentan algunos problemas porque ante una situación concreta se puede tener una respuesta automática que en cierto momento (o ante otras circunstancias) puede no ser la más adecuada, y entonces habría que desestructurar la respuesta automática en detrimento de una respuesta nueva que se ajuste mejor a las demandas de la situación [1,6,9,12].

Neurociencia en la toma de decisiones

La toma de decisiones tiene que ver con una actividad esencial del córtex frontal, en concreto ciertas regiones que están implicadas en la flexibilidad cognitiva y en el cambio de acción en un momento dado. Dentro de todo el entramado que es el córtex frontal, hay una región bastante conocida, investigada y estudiada que se conoce como prefrontal dorsolateral. Dicha región se encarga de funciones ejecutivas tales como cambio de respuesta ante un entorno con diferentes demandas o razonamientos ante lo que se le plantea en una situación concreta. El daño en esta región puede causar que las personas no sean capaces de flexibilizar su comportamiento y tengan un patrón de comportamientos fijos al margen del cambio de demandas de la situación y del entorno. Otro sistema encargado de modular la toma de decisiones es el sistema involucrado en las emociones; circuitos neuronales implicados en las emociones pueden condicionar la futura decisión: Las emociones negativas (ira, miedo…) tienden a condicionar las decisiones haciendo que éstas sean más conservadoras y menos arriesgadas. Las emociones positivas, al contrario, funcionan de tal modo que condicionan para no emitir determinados tipos de respuestas ante ciertos eventos. También es importante tener en cuenta los mecanismos de memoria para poder seleccionar una alternativa adecuada para tomar las decisiones pertinentes; la memoria a largo plazo sirve para almacenar conocimientos y vivencias que ha experimentado esa persona a lo largo de su vida, y puede servir de ayuda para saber cómo ha sido el éxito o el fracaso de una determinada opción ante un determinado entorno para poder superar dicha situación [2,10,13]. 

Conclusiones

Aunque muchas veces nos sirven como vías rápidas para solventar ciertas situaciones que se nos plantean (como, por ejemplo, los heurísticos), los sesgos cognitivos pueden conducirnos a tomar decisiones erróneas al no valorar todas las perspectivas posibles de determinadas situaciones. Comprender que diferentes procesos psicológicos básicos (memoria, emoción…) son susceptibles de modificar la respuesta posible del sujeto es importante porque se puede actuar en dichos procesos para orientar y guiar las respuestas que se pueden hacer en dicho momento. Una evaluación completa de la situación y una comprensión más adecuada de las situaciones y sus marcos de trabajo son importantes para ello, con lo cual saber plantear los problemas y sus diferentes situaciones se hace fundamental [5].

Referencias bibliográficas

  1. Álvarez Pérez, A. (2000). Sesgos cognoscitivos del gerente: su influencia en la toma de decisiones. Revista Cubana de Salud Pública, 26(1), 5-11.
  2. De Martino, B., Kumaran, D., Seymour, B., & Dolan, R. J. (2006). Frames, biases, and rational decision-making in the human brain. Science, 313(5787), 684-687.
  3. Haselton, M. G., Bryant, G. A., Wilke, A., Frederick, D. A., Galperin, A., Frankenhuis, W. E., & Moore, T. (2009). Adaptive rationality: An evolutionary perspective on cognitive bias. Social Cognition, 27(5), 733-763.
  4. Hilbert, M. (2012). Toward a synthesis of cognitive biases: how noisy information processing can bias human decision making. Psychological bulletin, 138(2), 211.
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  6. Klein, O., Pierucci, S., Marchal, C., Alarcón-Henríquez, A., & Licata, L. (2010). “Tenía que ocurrir”: sesgos de la memoria individual y memoria colectiva. Revista de Psicología, 28(1), 175-198.
  7. Lilienfeld, S. O., Ammirati, R., & Landfield, K. (2009). Giving debiasing away: Can psychological research on correcting cognitive errors promote human welfare?. Perspectives on psychological science, 4(4), 390-398.
  8. Mata, R. (2012). Cognitive bias. Encyclopedia of human behaviour, 1, 531-535.
  9. Petersen, M. B. (2015). Evolutionary political psychology: On the origin and structure of heuristics and biases in politics. Political Psychology, 36, 45-78.
  10. Philiastides, M. G., Auksztulewicz, R., Heekeren, H. R., & Blankenburg, F. (2011). Causal role of dorsolateral prefrontal cortex in human perceptual decision making. Current biology, 21(11), 980-983.
  11. Rodríguez Cruz, Y., & Pinto Molina, M. (2010). Evolución, particularidades y carácter informacional de la toma de decisiones organizacionales. Acimed, 21(1), 0-0.
  12. Rodríguez Quintana, E. (2012). Toma de decisiones: la economía conductual.
  13. Romo, R., & Salinas, E. (2003). Cognitive neuroscience: flutter discrimination: neural codes, perception, memory and decision making. Nature Reviews Neuroscience, 4(3), 203.

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