¿Qué relación existe entre la Regulación Emocional y la Atención?

regulación emocional

Introducción

¿Por qué hay personas que tienden a sentirse más tristes o ansiosos? ¿Por qué son más propensos a desarrollar trastornos emocionales? Han sido numerosas las investigaciones sobre los factores de vulnerabilidad para sentir diferentes emociones negativas. En consecuencia, existen diferentes factores que son relevantes a la hora de explicar la mayor tendencia a experimentar manifestaciones ansioso-depresivas. Entre ellos destaca una mayor reactividad emocional ante estímulos desagradables o estresores o en ausencia de los mismos. En conclusión, una elevada afectividad negativa [1]. Sin embargo, existe la posibilidad de que las diferencias interindividuales en la experimentación de emociones negativas también estén relacionadas con dificultades en la regulación emocional, es decir, los procesos mediante los cuales el individuo trata de influir y modular su experiencia emocional [2]. Consecuentemente, parece ser que las personas con mayor tendencia a experimentar ansiedad o un estado de ánimo negativo no solo presentan mayor número de emociones negativas, sino que también tenderían a usar en mayor medida estrategias de regulación emocional disfuncionales como la rumiación, la supresión o la evitación contribuyendo al mantenimiento de las emociones negativas [3-5]. 

Factores responsables del déficit relacionado con la regulación emocional

Pero, ¿qué factores son los responsables de que determinadas personas presenten mayores dificultades en la regulación emocional? Algunos trabajos han empezado a destacar la posibilidad de que una menor capacidad de manejar los recursos atencionales de manera voluntaria, el control atencional [6], sea de vital importancia a la hora de implicarse en el uso de estrategias de regulación emocional disfuncionales. Por consiguiente, los déficits en la capacidad de manejar voluntariamente los recursos atencionales, como la habilidad de focalizar la atención en los estímulos relevantes e ignorar aquellos que son irrelevantes, se han propuesto como factores que pueden estar implicados en los procesos llevados a cabo para reducir el afecto negativo [7]. Es más, existe cierta evidencia de que las personas que experimentan niveles clínicos de ansiedad presentan sesgos atencionales hacia la amenaza, prestando, a la vez, menor atención a estímulos positivos [8].

Teoría del control atencional

Desde la teoría del control atencional [9-10] se sugiere que los niveles de ansiedad elevados influyen negativamente sobre la inhibición y el cambio de foco atencional, y por tanto en la capacidad de control atencional. Lo que no parece quedar claro es si dichas dificultades en el control atencional se dan solo ante estímulos emocionales o si son independientes del valor emocional del estímulo, reflejando déficits atencionales funcionales a niveles básicos [11]. Existen diferentes estudios que apoyan esta última hipótesis. En población general, se ha observado que aquellas personas que informaban de una menor capacidad de control atencional usan estrategias de regulación emocional disfuncionales como la rumiación o la supresión, así como también presentan una regulación emocional espontánea menos eficiente tanto en presencia de estímulos afectivos como en ausencia de los mismos.

Además, se ha observado que, mediante el uso de tareas atencionales sin contenido emocional, los sesgos hacia la amenaza característicos de las personas con altos niveles de ansiedad estrían reflejando afectaciones a un nivel más básico [12-13]. De manera más específica, utilizando la tarea Atentional Network Test for Interactions (ANT-I) [14] que permite explorar las diferentes redes atencionales se pobservó que existían diferentes relaciones entre la eficiencia en las redes atencionales con las capacidades de regulación emocional. Así, una menor eficiencia de la red de orientación predice un mayor uso de la estrategia de rumiación, una mayor eficiencia de la red de alerta predice un mayor uso de la estrategia de supresión y una mayor eficiencia de la red de control ejecutivo predice una menor eficiencia de la regulación emocional espontanea ante estímulos sin carga emocional negativa [15]. 

Investigaciones recientes

El hecho de que tanto las diferencias individuales en uso de determinados estilos de regulación emocional como en la capacidad de control atencional tengan un marcado carácter disposicional ha hecho que se considerara la utilización de medidas fisiológicas en reposo a la hora de estudiar dichos factores [16]. De este modo, se ha analizado como determinados patrones de actividad encefalográfica espontánea (en reposo) podrían ser un buen marcador para las características disposicionales que se han comentado anteriormente. Tradicionalmente, los estudios se centraron en el análisis de la banda alfa en la zona frontal. Específicamente, se ha planteado la existencia de patrones de asimetría frontal derecha en reposo se asociarían al afecto negativo. Sin embargo, otros estudios han sugerido la relación entre la potencia de banda beta y los factores disposicionales; concretamente mayor actividad beta parietal derecha se asoció con sesgos atencionales hacia la amenaza [17]. Resultados recientes indican que, un bajo control atencional autoinformado se asocia a una menor potencia de alfa y beta en zonas parietales [18]. Es más, otra línea de evidencias recae en índices como la ratio delta-beta. Niveles altos en dicha ratio se han asociado a una reducción del control cortical sobre impulsos subcorticales de tipo motivacional [19]. Estudios recientes han indicado que la una menor ratio delta – beta está relacionada con una mejor capacidad de regulación emocional. De manera más concreta, la menor ratio delta-beta en zonas parietales se asoció y predijo un menor malestar ante imágenes negativas, como también un menor tiempo de recuperación ante las mismas [20].

Conclusiones

Resumiendo, la tendencia a experimentar manifestaciones ansioso-depresivas está relacionada tanto como la capacidad de regulación emocional como con el control atencional a niveles básicos, siendo estos procesos interrelacionados. Además, se pueden estudiar estas diferencias interindividuales a través de los patrones de actividad electroencefalográfica en reposo.

Referencias bibliográficas

  1. Craske, M. G. (2014). Introduction to special issue: how does neuroscience inform psychological treatment? Behaviour Research and Therapy, 62, 1–2.
  2. Aldao, A., & Nolen-Hoeksema, S. (2010). Specificity of cognitive emotion regulation strategies: a transdiagnostic examination. Behaviour Research and Therapy, 48, 974–83.
  3. Tortella-Feliu, M., Aguayo, B., Sesé, A., Morillas-Romero, A., Balle, M., Gelabert, J. M., … Llabrés, J. (2012). Effects of temperament and emotion regulation styles in determining negative emotional states. Actas Españolas de Psiquiatría, 40, 315–22.
  4. Fajkowska, M., & Derryberry, D. (2010). Psychometric properties of Attentional Control Scale: The preliminary study on a Polish sample. Polish Psychological Bulletin, 41, 1–7.
  5. Cisler, J. M., & Koster, E. H. W. (2010). Mechanisms of attentional biases towards threat in anxiety disorders: An integrative review. Clinical Psychology Review, 30, 203–16.
  6. Eysenck, M. W., & Derakshan, N. (2011). New perspectives in attentional control theory. Personality and Individual Differences, 50, 955–960.
  7. Pacheco-Unguetti, A. P., Acosta, A., Callejas, A., & Lupiáñez, J. (2010). Attention and anxiety: different attentional functioning under state and trait anxiety. Psychological Science, 21, 298–304.
  8. Pacheco-Unguetti, A. P., Acosta, A., Marqués, E., & Lupiáñez, J. (2011). Alterations of the attentional networks in patients with anxiety disorders. Journal of Anxiety Disorders, 25, 888–95.
  9. Tortella-Feliu, M.; Morillas-Romero, A., Balle, M., Bornas, X., Llabrés, J., & Pacheco-Unguetti, A.P. (2014). Attentional control, attentional network functioning, and emotion regulation styles. Cognition and Emotion 28, 769-780.
  10. Morillas-Romero, A., Tortella-Feliu, M., Bornas, X., & Aguayo, B. (2013). Resting parietal asymmetries and self-reported attentional control. Clinical EEG & Neuroscience 44, 188-192.
  11. Schutter, D. J. L. G., & Van Honk, J. (2005a). Electrophysiological ratio markers for the balance between reward and punishment. Brain Research. Cognitive Brain Research, 24, 685–90.
  12. Tortella-Feliu, M., Morillas-Romero, A., Balle, M., Llabrés, J., Bornas, X., & Putman, P. (2014). Spontaneous EEG activity and spontaneous emotion regulation. International Journal of Psychophysiology 94, 365-372.

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