La epilepsia explicada desde la Neurociencia: un breve recorrido

EPILEPSIA

Introducción

Haciendo un breve repaso histórico, y poniendo nuestro reloj temporal en tiempos de Grecia podemos saber que la epilepsia se denominaba “enfermedad sacra” y se creía que estaba producida por un ente divino que invadía el cuerpo de la persona afectada, ya que, la palabra epilepsia deriva de la palabra griega Epilambanein que se define como ser atacado o ser sorprendido. Más tarde, Hipócrates se rebeló contra esta idea de origen divino realizando una aproximación más científica y llegando a la conclusión de que esta era debida a una disfunción en el cerebro [3].

En Roma, la epilepsia estaba considerada un mal divino ya que era capaz de entorpecer cualquier actividad del ser humano, incluso el voto, recibía el nombre de morbus comitialis. Fue Galeno el primero en hablar de distintos tipos de epilepsia, haciendo referencia así a: una idiopática, debida a un desorden cerebral primario; una secundaria, cuyo origen era la alteración cardíaca transmitida mediante los flujos cerebrales, y un tercer tipo origen de un desorden en otra localización del cuerpo que se transmitía de forma secundaria al cerebro [3].

Los años venideros en la epilepsia

Durante el periodo medieval, se tenía reticencia a los aspectos científicos y se tomaba la epilepsia como algo negativo: posesiones demoníacas. Ya en la época del Renacimiento hubo avances en cuanto a las teorías disponibles, pero no es hasta los siglos XIIII y XIX cuando realmente comienza el entendimiento de la epilepsia formulándose teorías con bases científicas y se erradicó la idea de que los epilépticos eran lunáticos o poseídos. Fue en 1873 cuando Sir John Hughlings Jackson hipotetizó que la epilepsia era causada por una descarga anómala, momentánea y excesiva de células inestables de la sustancia gris [3]. Con los avances del S.XX tuvieron la oportunidad de entender la epilepsia más de cerca mediante la utilización del EEG (Hans Berger 1929), pudiendo así establecer distintos tipos, se desarrollaron métodos de neuroimagen y fármacos junto con avances en la cirugía [3]. 

Conceptos básicos

Dentro de las estadísticas realizadas por la ILAE (Liga Internacional contra la Epilepsia) cerca de 10,5 millones de niños tienen epilepsia y supone el 25% de población que padece esta afectación neurológica; cabe mencionar que las causas y la sintomatología clínica es variada. La epilepsia es más un síndrome que una enfermedad en sí misma. En ocasiones se identifica su causa, por ejemplo, tumores, traumatismos, alteraciones metabólicas, infecciones y patología vascular, pero en otras la causa de la epilepsia se desconoce. Debemos tener en cuenta que diferentes tipos de crisis tienen mecanismos subyacentes diferentes. Fisher et al publicaron la descripción de la definición operativa de epilepsia con el propósito de establecer el diagnóstico clínico [4]. Establecieron que al menos debían darse dos crisis epilépticas no provocadas con una diferencia mayor a 24 horas y que debía de establecerse un diagnóstico de síndrome de epilepsia.

¿Existe cierta predisposición genética en la epilepsia?

Algunas formas de epilepsia muestran una predisposición genética. Las investigaciones sugieren que algunas crisis ponen de manifiesto una alteración del equilibrio entre la excitación y la inhibición sinápticas en el cerebro. Otras crisis se deben a interconexiones excitadoras excesivamente fuertes o densas, y, en último lugar, hay alguna de ellas que se deben a interconexiones excitadoras excesivamente fuertes o densas. Las sustancias que bloquean los receptores GABA son convulsivos muy potentes (sustancias que promueven las crisis) [2]. Éstas pueden ser debidas a tres factores:

  • Una disminución de los mecanismos inhibidores gabaérgicos.
  • Un aumento de los mecanismos excitadores mediados por ácido aspartático y glutamático.
  • Alteración en la conducción transmembrana.

¿Qué ocurre a nivel conductual?

El nivel conductual de la persona que sufre epilepsia dependerá de las neuronas implicadas durante la crisis y los patrones de actividad que presente durante dicha actividad. Es importante recalcar que, durante la mayoría de forma de crisis existentes, participan todas las neuronas corticales quedando así el comportamiento alterado durante varios minutos. Se pierde la consciencia, mientras que los grupos musculares presentan un patrón tónico continuo o clónico, o por ambos, lo que se denomina una crisis tonicoclónica [2].

¿Qué tipos de epilepsia existe?

Trastorno del sistema nervioso central caracterizado por la aparición de crisis epilépticas recurrentes no provocadas. La epilepsia puede ser [2]:

  • Idiopática o primaria: el origen de las crisis es desconocido y suele haber una predisposición genética. Según los datos revelados, pueden ser debidas a una alteración de neurotransmisores o de los receptores. Suelen darse antes de los veinte años y en la lactancia predominan la hipoxia perinatal, trastornos genéticos y malformaciones.
  • Sintomática: el origen se debe a lesiones intracraneales o alteraciones metabólicas.

Algunos conceptos relacionados con la epilepsia

  • Convulsión: manifestación clínica de una actividad excesiva y anormal de un set de neuronas corticales. Las convulsiones producen alteraciones en el nivel atencional y el comportamiento.
  • Crisis epiléptica: manifestación clínica dependiente de la actividad excesiva, hipersincrónica y anormal de un grupo de neuronas. Las crisis pueden ser focales o generalizadas. Cuando hablamos de crisis generalizadas o complejas se hace referencia a una implicación de toda la corteza cerebral de ambos hemisferios mientras que en las crisis focales o simples se implica un área circunscrita de la corteza. En ambos tipos de crisis, las neuronas afectadas disparan con una sincronía que no ocurre en situaciones normales.
  • Aura: antes de perder la conciencia, los pacientes que sufren las crisis recuerdan una parte inicial previa al ataque. El aura, a veces, suele ir acompañado de sensaciones como un olor extraño o luces centelleantes.Las crisis parciales pueden provocar auras con sensación de que algo ha ocurrido anteriormente (deja vú) o alucinaciones.
  • Status epiléptico: haciendo referencia a crisis continuas durante más de treinta minutos y con la característica de no recuperar la conciencia.

Conclusiones

Es importante tener un buen conocimiento de la terminología que se encuentra dentro de este síntoma para evitar confusiones a la hora de valorar a los pacientes, y más si estamos hablando de un cerebro en desarrollo, como es el cerebro infantil. La neuropsicología dispone de infinidad de pruebas [1] para valorar este tipo de población, pero el conocimiento del clínico es lo que la hace importante.

Antes de comenzar a pasar una batería de test se deben tener en cuenta factores como: edad de inicio, tipo de crisis, la edad de comienzo, la frecuencia de las crisis, etc. Después de tener presentes todas estas áreas debemos realizar evaluaciones completas que abarquen todos los procesos cognitivos, y, si es posible, evitando el diagnóstico previo del foco epiléptico que posee el niño para no contaminar nuestro examen (esta idea es de suma importancia si estamos valorando a un niño que es posible candidato a cirugía).

No debemos olvidar que además de valorar la función cognitiva también debe realizarse una revisión de otros aspectos conductuales y emocionales. Sólo llevando a cabo todo este recorrido podremos establecer un programa de rehabilitación y/o estimulación adecuado a las características del niño, involucrando en la medida de lo posible a su familia y a la escuela para que no sufran el sentimiento de exclusión.

Referencias bibliográficas

  1. Álvarez-Carriles, J.C., López-Hernández, B., Martín-Plasencia, P., Maestú, F. Neuropsicología y epilepsia. (2011). En Tirapu-Ustárroz, J., Ríos-Lago, M., Maestú, F., Manual de neuropsicología (pp. 343-365). Barcelona: Viguera Editores
  2. Bear, F. B.; Connors, B.; Paradiso, M,: Neurociencia. Exploración del Cerebro. Ed., Wolters Kluwer, Loppincott Williams & Wilkins, Barcelona, 2008.
  3. Mulas F, Hernández S, Morant A. Alteraciones neuropsicológicas en niños epilépticos. Rev Neurol Clin 2001; 2 (1): 29-49.
  4. Rodríguez García P.L. Diagnóstico y tratamiento médico de la epilepsia. Rev Cubana Neurol Neurocir.; 5(2): 164-85.

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